martes, 25 de octubre de 2016

CANNABIS, DE LA MACETA A TU MANO.

Hay varias maneras distintas de cultivar cannabis, ya sea en interior como en exterior. Independientemente del clima y la zona geográfica donde se viva, todo el mundo puede cultivar cannabis de forma muy fácil.
Tras seleccionar las semillas o clones de la cepa deseada, se puede cultivar siguiendo uno de los siguientes métodos:

1. CULTIVO DE EXTERIOR:
Para realizar este tipo de cultivo necesitas un poco de espacio, un suelo fértil y mucha luz solar. Hay incluso variedades de semillas exclusivas para el uso exterior. Este tipo de método de cultivo es el más fácil y barato ya que no se necesita ningún equipo especial. Uno de los inconvenientes de este método sería un suelo pobre en nutrientes para nuestras plantas.



2. CULTIVO HIDROPÓNICO:
Este método de cultivo es ideal para aquellos que buscan un alto rendimiento sin la molestia de cultivar en la tierra.
Las plantas se cultivan en vasijas y el agua junto con los fertilizantes sirven para inundar las macetas varias veces al día. El cultivo hidropónico es el más caro y el que más trabajo requiere.



3. CULTIVO AEROPÓNICO:
Este método consiste en cultivar las raíces de la planta al aire, en lugar de tierra usando una cesta de malla para el cultivo de las plantas, para este método los cultivadores han de pulverizar continuamente agua y fertilizantes a las raíces.



También hay que tener en cuenta que las únicas plantas que sirven para su consumo son las "femias", y que una planta "macho" en medio de una plantación arruinaría la cosecha. 
Una vez la planta haya crecido, debemos cortar las hojas dejando sólo las pequeñas hojas que tienen resina alrededor del cogollo. Una vez hemos cortado las hojas y dejado la planta "limpia" vamos a secar estas hojas en un lugar seco, fresco, oscuro y con una cierta ventilación. Cuanto más lento sea este proceso mejor serán los aromas y el sabor.
Cuando nuestra planta está suficientemente seca procederemos al proceso de curado. Que consiste en meter la marihuana en cajas de cartón o madera, dejándola cerrada y moviéndola una vez al día. Este proceso dura entre 2 o 3 semanas. Una vez hecho esto, la marihuana estaría lista para su consumo. 



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